¿Cómo elegir la base de maquillaje ideal?

Vienen en todas las texturas y tonos, pero qué difícil es a veces encontrar el adecuado. Para hallar el que se adapte mejor a tu tipo de piel y tono de tez, tienes los mejores consejos en esta nota

¿Cuál es la textura ideal para cada tipo de rostro?

Piel seca. La base fluida es la que mejor se adapta a los cutis secos. Es fácil de aplicar, no reseca la piel y unifica la tez con un resultado natural y luminoso. Para optimizar el confort de las pieles secas pero asegurando que sea bien cubritiva es recomendable usar un fluido en las mejillas, la parte más seca del rostro y aplicar un velo de polvo, más matificante, en las zonas más grasas que suelen ser la frente, la nariz y la barbilla. Los tipos de piel más secos se pueden terminar de maquillar con una bruma hidratante para agregar luminosidad a la tez.

Piel grasa. Se recomienda una base matificante que reduzca brillos además de unificar la tez. El polvo compacto es lo aconsejable por su poder de absorción y cobertura. Las pieles muy grasas pueden optar por uno aterciopelado que se aplica frotando con una esponja o pincel, para lograr el acabado mate. También existen texturas fluidas matificantes especiales para pieles grasas, las bases sushion son ideales.

Piel mixta. Aquí está permitido todo tipo de texturas. Sin embargo, para facilitar la aplicación se aconseja una base fluida con textura ligera que sea fácil de aplicar y más manejable que una textura de espuma que se seque enseguida. Dependiendo de las necesidades, se puede elegir una formulación más o menos matificante o luminosa. Las bases de formato cushion siguen siendo otra buena opción.

Piel madura. Es a menudo una piel muy fina, por lo que se recomienda que la base sea fluida. Lo ideal es optar por crema CC que tiene la ventaja de ser un tratamiento y contiene principios activos anti edad.

Piel sensible. Para disimular imperfecciones y rojeces se puede utilizar un corrector en las zonas a tratar, una vez aplicada la base fluida.

El tono

Piel clara. Los tonos de piel claros deben optar por una base de la familia del beige rosado. Estos tonos tienen la ventaja de aportar luminosidad y frescura. Si tenés la tez amarilla se aconseja una base que contenga un toque de rosa porque, a diferencia de los tonos naranjas, neutraliza el amarillo.

Piel oscura. Los tonos de piel oscuros tendrán que recurrir a tonos más anaranjados que calientan la tez, desde el beige durazno para pieles ligeramente mate hasta el beige dorado para pieles más oscuras. En cuanto a la piel negra, deben favorecer fórmulas enriquecidas con pigmentos negros, rojos o naranjas.

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